El Batman de Matt Reeves toma su propio tono, no busca asemejarse a ningún otro. En la sala de cine ya nadie recuerda que Robert Pattinson fue alguna vez un vampiro enamorado porque con firmeza se muestra en pantalla a un "caballero de la noche" más oscuro, sin deseos de ser el centro de atención y que nos permite entrar a su psique para entender mejor al personaje.
Ciudad de México, 2 de marzo (SinEmbargo).– “Creen que estoy escondido en las sombras, pero yo soy las sombras”, dice el Batman protagonizado por Robert Pattinson en la cinta dirigida por Matt Reeves, la cual muestra el lado más oscuro del personaje atormentado por el deseo de venganza, pero que también deja conocer a un frágil joven con sed de justicia.
The Batman, que llega a las salas de México este 3 de marzo, se aleja de la fórmula clásica del cine superhéroes para sumergirse en el cine negro, y presentar al espectador a un Bruce Wayne que apenas comienza a conocer los secretos que guarda una ciudad desbordada por la corrupción y la violencia, y en la que el "caballero de la noche" toma un papel detectivesco para dar con una poderosa red de hombres que controla Gotham, motivado por la injerencia de un nuevo personaje en escena: el Acertijo (Paul Dano).
Ya lo revelaba Matt Reeves (El planeta de los simios) desde el DC FanDome de 2020, el cómic Batman: Ego (2000) de Darwyn Cooke fue clave para crear al personaje que interpreta Pattinson y así poder entrar a su psique para hallarse con esta dualidad que el director buscaba, por un lado un joven tratando de controlar a su lado oscuro, y por el otro, autodescubriéndose:
“Eres capaz de entender sus motivaciones, por qué Batman está roto y por qué está haciendo todas estas cosas por razones que él cree que son correctas y que tienen una especie de base heroica. También hay muchas cosas que son impulsadas por partes de sí mismo que aún no conoce, así que diría que ese tipo de unión psicológica, ese tipo de versión, está muy relacionada con la visión de Ego de Darwyn Cooke”, afirmó.
Batman: Año Uno (1987) de Frank Miller y David Mazucchelli y Batman: El largo Halloween (1996) de Jeph Loeb y Tim Sale son los otros dos cómics en los que está basada la cinta y que dan la oportunidad de devolver al personaje el pasado que ya conocemos, sí, pero que ahora al verlo, y que nadie nos cuenta (porque no es lo mismo verlo a escucharlo), nos permite entenderlo mejor; así como su labor que le ha valido ser conocido como "el mejor detective del mundo" y por la que no apostaron los otros filmes que han llegado a la pantalla grande con Tim Burton, Joel Schumarcher, Christopher Nolan o Zack Snyder al frente.
El Batman de Reeves toma su propio tono, no busca asemejarse a ningún otro. En la sala de cine ya nadie recuerda que Robert Pattinson fue alguna vez un vampiro enamorado. Su pronunciada mandíbula embona perfecto en la máscara de uno de los superhéroes favoritos, sin buscar la extravagancia de los superhéroes de ser admirados o convertirse en el centro de atención en medio del disturbio que está acabando con media ciudad, él toma su lugar, se mueve, y en ningún momento llega a ensimismarse.
Y justo en estas características que definen a su personaje, ¿quién mejor que Nirvana para ser el soundtrack de esta película? "Something in the way" del disco "Nevermind" acoge la oscuridad de esta etapa en la vida Bruce Wayne y Batman, y el abandono por el que parece estar transitando en su búsqueda por encontrase un camino.
La fragilidad que se convierte en tristeza y que se esconde detrás de máscara de Batman es salvada por Selina Kyle / Gatúbela (Zoë Kravitz), personaje que llega a nivelar la testosterona y acaparar la pantalla con astucia. Ella se une la misión de Batman pues en la lista de maleantes corruptos figura el de Carmine Falcone (John Turturro) que tiene una cuenta pendiente con ella.
En esta red de villanos también aparece en escena el Pingüino (Colin Farrell) que si no es por su nombre en los créditos nadie sabría que está detrás de ese mafioso regordete que pone en la pantalla uno de los encuentros llenos de acción más potentes de la cinta, de esos que terminan destruyendo todo a su paso, pero sin superpoderes, y que resultan épicos.
Sin embargo, "el villano" de la cinta es Edward Nashton, el Acertijo, que pone a todas la mentes a trabajar con sus enigmas y cuya locura se desenvuelve casi en la misma estructura del Joker de Joaquin Phoenix y Todd Phillips, pero ahora abiertamente reclutando fuerzas que se alían. Su acecho para llegar a Batman se vuelve en el hilo conductor de la trama.
Pero el punto más importante de todo y la intervención de los personajes es que todo el tiempo Bruce, debajo o no de la armadura, se encara a sí mismo. Constantemente se cuestiona y lo enfrentan cuando él no lo hace, pues sólo así esta presentación del Batman joven podría ir tomando un camino para el desarrollo de este universo que Reeves ya planea.
The Batman, que ahora mantiene una aceptación del 87 por ciento en Rotten Tomatoes, sale en salas con una calificación PG-13 lo que la convierte en un filme no recomendable para menores de 13 años por su lenguaje y escenas violentas.